sábado, 30 de enero de 2016

CAPITULO 3. Las pruebas II

Tal y con lo que avanzaba hace ya tiempo, he visto cómo hay gente que pregunta en páginas y blogs sobre los problemas que puede ocasionar la exposición a pruebas. Pues bien, como se expone en los siguientes documentos, publicados por inforadiologia.org y por RadiologyInfo.org, la resonancia magnética nuclear (RMN) es mucho mejor que la tomografía axial computarizada (TAC), ya que no tiene efectos adversos comprobados hasta la fecha.



Como se ve en este primer artículo, el uso de esta prueba diagnóstica es idónea, y en el caso de la hidrocefalia para un primer diagnóstico (Todavía recuerdo cuando me enseñaron a mí la placa de RMN con los ventrículos completamente dilatados).
Sin embargo, una vez se tiene un sistema de derivación, algunas de las válvulas intracraneales pueden sufrir desajustes, como se expone en la entrada sobre la exposición de válvulas a campo magnético. Po resta razón, puede ser desaconsejable el emplear la RMN. En mi caso, sin embargo, los médicos han comentado en alguna ocasión que podría llegar a hacerse una, revisando la presión antes de la prueba de RMN para luego volver a ajustarla tras hacerla. Por suerte, no me he visto obligado a tener que experimentarlo...
 


De acuerdo con lo expuesto en este otro documento, los médicos tratan de evitar todo lo posible la sobreexposición a la radiación por TAC.

Con estos artículos, espero que los que leáis esta entrada hayáis perdido el miedo a las RMN, no así al TAC.

lunes, 1 de abril de 2013

CAPÍTULO 2. Las pruebas I.


Veréis que en los diferentes posts iré atrás en la secuencia y luego adelante. En el primer capítulo quería destacar cómo un traumatismo había "destapado" una enfermedad que tenía, casi seguro, desde mis primeras semanas en este mundo. También os conté resumidamente lo que pasó cuando fui al hospital, pero me gustaría detenerme un poco en los detalles, porque es algo que si estáis leyendo esta página de alguna manera os podría interesar. Cuando uno entra en urgencias, a uno le preguntan qué le pasa para llamar al especialista en cuestión. Posteriormente, toca esperar hasta que éste lo puede atender y ahí es donde viene una serie de pruebas.

En este documento se recogen las pruebas iniciales. Al menos a mí son las que me parecen que a uno le pueden llamar más la atención. Sobre todo por lo absurdo que pueden parecer algunas de las mismas. Sin embargo, como veréis hay alguna razón detrás de que te formulen preguntas evidentes o que te hagan seguir un dedo de un lado a otro o que te hagan llevarte el dedo hasta la nariz.



Los resultados de estas pruebas (lógicamente) no son concluyentes, pero dan una orientación muy importante a los médicos sobre lo que podemos tener. La suerte es que dichas pruebas se pueden completar con otras que son posibles gracias a los avances actuales. Como he visto algunos comentarios de personas con blogs a los que les preocupan sobre todo estas últimas, he optado por tratarlas en un capítulo aparte.

Un abrazo.

jueves, 20 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 1: El desencadenante


No sé desde cuándo padezco hidrocefalia. El caso es que, con 19 años y estudiando segundo de Medicina, me fui a esquiar con unos amigos. Era el segundo día de esquí cuando todo lo que recuerdo es ir esquiando por una pista azul y, a continuación, estar rodeado de mis amigos en la cafetería de la estación de esquí preguntándome si estaba bien (y yo, viendo las estrellas, literalmente). No había perdido la consciencia, y no era la primera vez que me sucedía, ya que seis años atrás había tenido otro percance similar patinando sobre hielo (malditos deportes de invierno). Mis amigos me llevaron al hospital, donde me hicieron unas placas y me tuvieron algo más de un día en observación. Volvimos del viaje y la semana siguiente transcurrió con normalidad, pero, pasada ésta, de madrugada una noche tenía el estómago revuelto y me levanté para ir al cuarto de baño por si vomitaba. Mi madre, que como todas las madres duerme con un ojo abierto, se levantó para ver qué me pasaba y me encontró tendido en el suelo, rígido e inconsciente. Entre mi padre y mi hermano me llevaron a la cama y, en ese instante, recuperé la consciencia.

A la mañana siguiente nos fuimos al hospital. Yo me encontraba perfectamente, como antes de todo lo sucedido. Me empezaron a hacer exploraciones, pruebas, y, por fin, una resonancia magnética. Puedo decir que ninguna imagen de las que he podido ver en internet es tan exagerada como la que yo recuerdo de aquella resonancia. La sustancia gris y blanca de mi cerebro estaba comprimida y los ventrículos totalmente dilatados. Me diagnosticaron hidrocefalia por estenosis del acueducto de Silvio. No saben cuándo se me produjo, e indicaron que era posible que lo tuviese prácticamente desde los primeros días o meses de vida y que hubiese permanecido estable hasta aquel momento.

Pero, ¿cómo se explica que pudiera pasar desapercibido tanto tiempo? Nuestro organismo tiene una capacidad de adaptación increíble, siendo capaz de autorregularse para equilibrar situaciones realmente anómalas. En este caso, con la hidrocefalia, la producción de líquido cefalorraquídeo disminuye al tiempo que se incrementa la absorción, con lo que la situación se estabiliza y da lugar a una hidrocefalia compensada. Sin embargo, un traumatismo puede desestabilizar ese estado y provocar, como pudo ser mi caso. Cierto es que tuve síntomas antes de esto, como las jaquecas, pero al tener familia con migrañas nunca lo asocié a nada especial. También dolor de cabeza tras esfuerzo abdominal o acúfenos, pero nunca le di una importancia mayor pese a que, a toro pasado me parece evidente, pudiese ser síntoma de hipertensión intracraneal. Supongo que no hay más ciego que el que no quiere ver...

Os espero para contaros el próximo capítulo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Buenas noches,

Hoy he recibido el primer premio a este blog, del blog El sueño de Teresa. Aunque sea de mi Master blogger (la de toda la familia), hace mucha ilusión, sobre todo cuando el inicio está siendo duro porque no logro muchas entradas. Gracias por la fuerza que me da este apoyo!!! ;D

martes, 21 de agosto de 2012

Invención de la válvula intracraneal

Hola,

Si hay alguien a quien muchos de los que escribimos o leemos cosas sobre hidrocefalia e hipertensión intracraneal le debemos un reconocimiento es a John Holter. ¿Y quién fue este hombre? Evidentemente por el título ya sabéis quién es, pero no el cómo. A continuación podéis ver esta presentación en la que se cuenta la historia (con alguna errata, pero bueno).
 

Adjunto también un documento más extenso en inglés sobre este inventor y sobre la historia de la válvula.



Un saludo para tod@s.

lunes, 20 de agosto de 2012

Información sobre Hidrocefalia

Hola,

Una vez finalizadas las vacaciones, estoy dando vueltas a cómo organizar el blog para ir poniendo nuevas entradas e información sobre mi experiencia (a ver si así publico algo de "cosecha propia"... ;D). De momento, he encontrado este documento publicado por la empresa Medtronic y descargable en la página www.medtronic.es. Creo que os interesará a aquellos que tengáis un primer contacto con la hidrocefalia.

Un saludo.

viernes, 27 de julio de 2012

Artículo sobre los Ipad 2 y otros tablets y su efecto sobre válvulas ajustables

Hola,

En esta ocasión publico otra entrada relacionada con válvulas ajustables. Mi hermano me avisó de este artículo y gracias a él no me acercaré mucho a la cabeza un Ipad2 o a cualquier tablet por lo que pudiese pasar. Se trata de un artículo publicado en el www.abc.es por S. Gutiérrez, cuya última versión de 27 de junio de 2012 dice así:

"CUIDADO CON EL IPAD2
S.Gutiérrez

Las tabletas, como el iPad2, pueden tener un efecto adverso no deseado sobre algunos dispositivos médicos implantables, como las válvulas que se emplean en los niños con hidrocefalia. Según un trabajo que se publica en Journal of Neurosurgery, el iPad2, que contiene componentes imantados, podría alterar la programación de estos dispositivos su se colocan demasiado cerca de la válvula (unos 5 cm). De esta manera, aseguran los investigadores, podría causar un malfuncionamiento del dispositivo hasta que se detecte el problema y sea reparado. Por eso, afirman, los padres y cuidadores de estos niños deben ser conocedores de los posibles riesgos de las tabletas en estos casos.

Los científicos de la Universidad de Charlottesville (EE.UU.) descubrieron esta relación por casualidad. Una madre acudió a su médico debido a un malfuncionamiento de la válvula implantada en su hija de 4 meses con hidrocefalia. Cuando se preguntó a la madre se había ocurrido algo extraño, ésta detalló que mientras cogía en brazos a su hija estaba con el iPad2. De esta forma, los expertos se dieron cuenta que ésta podría haber sido la causa, ya que no existían otros factores externos relevantes.

Demasiado cerca
Al contrario que el iPad, el iPad2 sí contiene imanes. Así, los expertos expusieron a 10 válvulas programables al iPad2, a una distancia de menos de 1cm, de 1 a 2,5 cm, de 2,5 a 5 cm, de 5 a 10cm, y a más de 10cm, durante al menos 10 segundos. Los datos mostraron que en las válvulas expuestas a una distancia de 01cm del iPad2, el 58% había sufrido cambios en su programación. También hubo alteraciones si las válvulas se acercaron entre 1 y 2,5cm (5%) y entre 2,5-5cm (1%).

Aunque los resultados mostraron que a partir de 5cm las válvulas no sufrieron cambios, los investigadores no descartan esa posibilidad. No se trata de que el iPad2, o tabletas similares, sean peligrosas, aseguraron, pero si que se tomen las precauciones necesarias como se hace con otros productos magnéticos más corrientes."

Sólo haría un apunte a este periodista, aparte de agradecerle la publicación de este artículo. Estas válvulas no sólo las llevan los niños...

Un saludo.